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Bursitis en perros. Si tu perro desarrolla repentinamente protuberancias en la parte exterior de las articulaciones, probablemente se trate de bursas engrosadas. No tiene un aspecto agradable, pero lo más importante es que es muy doloroso para su perro, porque se desarrollan en una condición llamada bursitis, o inflamación de la bursa.
Le explicaremos las causas y qué opciones de tratamiento existen. Además, queremos mostrarle muchas posibilidades de cómo puede apoyar a su perro y promover la curación.
¿Dónde se encuentran las bursas del perro?
Las bursas son pequeños sacos llenos de líquido. Se encuentran en zonas del sistema musculoesquelético donde la tensión mecánica es muy elevada. Por ejemplo, en los lugares donde los músculos o los tendones se deslizan sobre los huesos o donde se ejerce presión sobre los huesos que sobresalen desde el exterior. Sirven de amortiguadores al absorber la presión y reducir la fricción.
Algunas articulaciones se ven afectadas con más frecuencia que otras porque se utilizan más o porque tienen prominencias óseas especialmente destacadas.
Articulaciones comúnmente afectadas:
rodilla
codo
articulación del tobillo
¿Qué causa la bursitis en los perros?
Normalmente, las bursas no son visibles, ya que sólo están llenas de una pequeña cantidad de líquido. En caso de un gran esfuerzo, pueden agrandarse e inflamarse, lo que es visible como un bulto grueso en la parte exterior de la articulación. Esto puede ocurrir como resultado de una caída, de un uso excesivo o de estar tumbado sobre superficies duras durante mucho tiempo. Los perros grandes y con sobrepeso se ven especialmente afectados, ya que hay más peso en las articulaciones que en los ejemplares más pequeños y delgados.
Otras causas menos comunes son las infecciones bacterianas que se extienden a las articulaciones desde otros órganos, o las enfermedades autoinmunes en las que el sistema inmunitario ataca a su propio cuerpo. Si no se encuentra el desencadenante, se denomina bursitis idiopática.
Síntomas
El síntoma principal es la hinchazón de las bursas afectadas debido a un mayor llenado de líquido. Se hacen visibles como protuberancias gruesas en el tobillo o el codo. Pero también hay otros síntomas. Como la inflamación es muy dolorosa, su perro descansa la pata afectada y cojea. También puede lamerse intensamente la zona y mostrarse agresivo o irritable, y su apetito puede verse reducido. En raras ocasiones, la bursa se abre y el líquido sale extendiéndose bajo la piel.
La curación puede ser prolongada. La inflamación aguda de la bursa suele curarse al cabo de 3 a 8 semanas. Sin embargo, a veces la bursitis reaparece o se vuelve crónica y no desaparece. A menudo la inflamación disminuye ligeramente y la piel se engrosa en la zona afectada. El dolor y la cojera suelen permanecer.
¿Qué ayuda para la bursitis en los perros?
La bursitis debe presentarse siempre al veterinario lo antes posible. No lo dude si su perro tiene un bulto doloroso en una o varias articulaciones. En la consulta del veterinario, su perro será examinado a fondo y es posible que se le extraiga algo de líquido de la bursa inflamada para analizar la causa.
Su perro debe recibir medicación para aliviar el dolor. Si el dolor persiste, a la larga provocará tensiones y daños en las articulaciones, y el apetito del perro se verá reducido. Los analgésicos eficaces son principalmente los llamados AINE (antiinflamatorios no esteroideos), que también tienen un efecto antiinflamatorio. Además, es importante tratar la causa. En el caso de una infección bacteriana, es necesario el uso de antibióticos; en el caso de una enfermedad autoinmune, hay que inhibir el sistema inmunitario.
Además de administrar medicamentos, hay muchos otros remedios caseros y formas de promover la curación que puedes utilizar. Prueba diferentes cosas y observa qué funciona y qué acepta tu perro.
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Descanso y comodidad
Tu perro debe descansar y dormir mucho, sobre todo al principio de la enfermedad, así que los paseos extensos tendrán que esperar por ahora. Acolcha la cama del perro y otros lugares de descanso favoritos con suavidad para garantizar que se ejerza la menor presión posible sobre las zonas afectadas. Hay que darle muchos mimos.
Compresas refrescantes
Aplica una envoltura refrescante para las patas con cuajada o compresas frías cuando la inflamación aún esté reciente. Puede reducir el dolor y la hinchazón. Una compresa de jengibre también puede ayudar. Ralla unas 3 ó 4 cucharadas de jengibre fresco, ponlo en un filtro de papel para té y déjalo en agua hervida durante medio minuto. Cuando se haya enfriado, aplícalo sobre el chichón varias veces al día.
Masaje
También puedes masajear suavemente la bursa inflamada si no está infectada. Realiza movimientos suaves y circulares. A continuación, pon una toalla caliente en la zona.
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Cúrcuma
Un remedio casero antiinflamatorio es la raíz de cúrcuma. Puedes mezclar una cucharadita de cúrcuma en polvo y una pizca de pimienta con un poco de cuajada o simplemente añadir ambas cosas a la comida. La pimienta mejora la absorción. Pero ¡cuidado! La raíz colorea muy intensamente. Limpia el hocico de tu perro después de la comida para que no deje ninguna mancha naranja en el piso. También existen cápsulas de cúrcuma para perros, que puedes hacer apetecibles con un poco de salchicha blanda.
Reducción de peso
Si tu perro tiene sobrepeso, debes someterlo a una dieta reductora a más tardar. Esto alivia las articulaciones y previene enfermedades secundarias como la insuficiencia cardíaca, el hígado graso y la artrosis. Es importante perder peso lentamente para no estresar el metabolismo y conseguir resultados a largo plazo. Para ello, debe calcular las necesidades energéticas de su perro y la cantidad que consume con su comida actual. A continuación, deberá reducir la ración en consecuencia o utilizar alimentos menos energéticos.
Vendajes
Los vendajes sirven para proteger y amortiguar la bursa desde el exterior. Están disponibles para todas las articulaciones de las piernas y en diferentes tamaños. Pueden usarse una y otra vez para perros susceptibles.
Homeopatía
Algunos propietarios confían en los remedios homeopáticos como Traumeel. Recomendamos el uso de glóbulos y similares sólo como complemento a la terapia del dolor.
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Sanguijuelas medicinales
Algunos veterinarios ofrecen esta terapia. Los parásitos negros se adhieren a la bursa y se succionan. Liberan sustancias que tienen un efecto descongestionante, antiinflamatorio y reductor del dolor.
Cirugía
Como último recurso, una bursa crónicamente inflamada o rota hacia el exterior puede ser extirpada quirúrgicamente. Esta opción sólo debe elegirse si la medicación no funciona y se han agotado todas las demás opciones de tratamiento. Dado que la piel que cubre las articulaciones es fina, tiene poca irrigación sanguínea y está expuesta a mucho movimiento, la curación puede ser prolongada. En consecuencia, a veces se producen heridas crónicas de mala cicatrización como complicación.
Conclusión
Las callosidades son relativamente comunes en los perros grandes o con sobrepeso. Siempre deben ser examinados por un veterinario y tratados con medicamentos. También hay muchos remedios caseros que pueden ayudar a curarlos.
Como medida preventiva, es importante no forzar demasiado al perro y protegerlo de las caídas. Su principal lugar de descanso debe estar suavemente acolchado para evitar una presión excesiva sobre las prominencias óseas de las rodillas, los codos y los tobillos.
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